Premio Sarmiento, otorgado a Jesús María por el Senado argentino

El jueves 8 de noviembre, la Congregación de Jesús María, de cuya familia todos formamos parte, recibió el Premio Sarmiento, otorgado por el Senado de la Nación Argentina, con motivo del Bicentenario de Jesús María. Esta mención de Honor, destaca la labor realizada en los colegios y centros de salud que la Congregación tiene a lo largo de todo el país. Le agradecemos la iniciativa a la Senadora Marta Varela, ex-alumna del Colegio Jesús María de Carlos Calvo. En el acto participaron religiosas, representantes de los cuatro colegios de Buenos Aires y del Centro Claudina. Los jóvenes portaron las banderas de ceremonia con orgullo y alegría. También se contó con la presencia de Federico Pugliese, director de culto de la Ciudad de Buenos Aires, y la adhesión de Madre Mónica Josep, superiora general. El premio fue recibido por Madre Ruth Otero, superiora provincial, en representación de toda la familia de JM en Argentina-Uruguay.
Palabras de M. Ruth: Sra. Senadora, autoridades, alumnos, padres… Queridos amigos: Quisiera compartir con ustedes lo que supone para nuestra Congregación recibir este reconocimiento, en un momento en que, desde la sociedad, se pone constantemente en duda el valor de nuestro empeño en educar para una vida, al servicio de los demás, como Jesús. Son momentos de recibir con humildad este aliento en el camino. En nombre de todos los que formamos Jesús María en Argentina agradezco esta mención. Es alentador recibir este reconocimiento de la misión que hemos recibido e intentamos vivir. Cuando nacía la Congregación, hace 200 años, en Lyon, se vivía un tiempo que en algunos aspectos se parece mucho al nuestro: Los coletazos de la revolución francesa entusiasmaban a la sociedad, con el ideal de la libertad, la igualdad y la fraternidad. La experiencia profunda de la bondad de Dios que Claudina había hecho en su corazón y el perdón desde el dolor, la llevaba a vivir también estos valores de su época desde la autenticidad de su propia experiencia. Con el color del amor que los teñía de ternura. El significado de la libertad para Claudina, no era liberarse de Dios, sino confiar en Él, en su mirada amorosa sobre la vida de los hombres y mujeres, la libertad que la empoderaba para amar y hacerse cargo de las miserias que la guerra dejaba a su alrededor. La igualdad se levantaba ante sus ojos como una urgencia del amor, como signo del Reino de Dios que alentaba su corazón para la entrega, y la llevaba a buscar con todas sus fuerzas que los más desfavorecidos tuviesen la posibilidad de vivir dignamente, las niñas que recogió, pudieron formar una familia, tener un trabajo, valerse por sí mismas, cosas que hubieran sido imposibles sin su intervención. Pero el valor que encontraba mejor arraigo en su corazón, era la fraternidad, nacida de saberse hija amada de Dios junto con toda la humanidad. Esta conciencia de ser familia, y querer cultivar la fraternidad a su alrededor era lo que la movía. Claudina fundó la familia de Jesús María, se rodeó de hermanas con el fin de dar familia, y hermanos a los que no lo tenían. Estas intuiciones que guiaron a Claudina Thevenet no tenían ninguna pretensión de concretarse en una institución que se extendiese en el mundo ni de que perdurara tantos años en el tiempo, eran la simple respuesta desde lo auténtico de su corazón a las miserias de su tiempo, pero hoy sigue vigente su estilo y la experiencia de donde nacieron. Creemos que hoy sigue teniendo sentido buscar dar una respuesta a nuestra sociedad ofreciendo esa experiencia del Dios bueno, de la que nace el compromiso con el bien de todos. La conciencia de sabernos hermanos no nos deja en paz ante la desigualdad y la injusticia. Jesús María es la familia que nació de esta experiencia y continúa dejando pasar por ella el deseo de su fundadora de que nadie se quede sin la posibilidad de conocer a Dios, que da sentido y calor a la búsqueda del bien común. Está presente en 28 países muy diversos, con un fuerte compromiso en la educación de los niños y jóvenes. Hoy en Argentina estamos en distintas ciudades y pueblos, Pablo Nogués, Buenos Aires, Florencio Varela, Bella Vista, Córdoba, Corrientes, Tres Isletas y La Calera. También nuestra Provincia religiosas abarca Uruguay, allí estamos en Cardona y Montevideo. Esta misión nos compromete a continuar con el ánimo renovado el servicio de la educación, abriendo el corazón al mundo, dejando que las miserias nos conmuevan y buscando responder desde el amor.
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